A solas con Guillermo del Toro: “Lo importante es hacer las películas, no el tamaño de la pantalla. Sin embargo, la experiencia colectiva del cine es muy gratificante”
Ganó dos Oscar con La forma del agua, pero antes ya había conseguido el respeto de toda la industria cinematográfica. Trabajó en tanques hollywoodenses como Titanes del Pacífico, Hellboy, Hellboy: el ejército dorado y Blade 2, realizó grandes obras de terror como Cronos, El espinazo del diablo y Mimic, pero su proyecto más potente cinematográficamente hablando fue el estreno de El laberinto del Fauno. Con esta increíble carrera, Guillermo del Toro se convirtió en uno de los directores latinoamericanos más influyentes de la industria actual. Esta semana estrena El callejón de las almas perdidas (Nightmare Alley), y en diálogo con Infobae confesó: “La escala más cinematográfica de una película la da la ambición de las imágenes, la ambición de la temática, el tamaño de la ambición de la película, no el tamaño de la pantalla”.
“Es una película que habla de cosas que vivimos diariamente, la angustia, esa ansiedad que tenemos por perderlo todo, por algún desastre ecológico, sociológico, personal. Esta línea borrosa entre la verdad y la mentira, el populismo que miente y nos gusta que nos mientan”, así describe Del Toro el tema del inminente estreno en salas. Se trata de Nightmare Alley, el film protagonizado por Bradley Cooper, Cate Blanchett y un gran elenco. Sobre su adaptación, el director mexicano sumó: “El acercamiento a la novela es mucho más de ahora, tanto en la edad que tengo como en las preocupaciones que existen en el mundo actual. Es decir, en la adicción que tenemos al éxito vacío, a los clics, a los seguidores, a todo. Todo este tipo de cosas son muy actuales. Este personaje [Stanton Carlisle interpretado por Cooper] las encarna de manera muy puntual”.
El film está basado en la novela de 1946, Nightmare Alley de William Lindsay Gresham. Del Toro eligió este texto porque se mueve en un terreno difuso entre la ilusión y la realidad, el éxito y la tragedia. En ese sentido, además de abrazar la obra, la sintió de un gran valor y análisis sobre el presente: “En todos los lugares del mundo surgen líderes que mienten y nos dicen las cosas que queremos oír, aunque hagan las cosas completamente opuestas”, dijo refiriéndose al rol de Bradley Cooper interpretando al carismático pero ambicioso Stanton Carlisle.
Pasaron cuatro años sin estrenos de Guillermo del Toro y su regreso fue sin uno de los rasgos más distintivos de su filmografía: no hay monstruos. En el estreno de El callejón de las almas perdidas en Nueva York, el director de La cumbre escarlata contaba que ese lugar vacante en su nuevo film lo tomaban los humanos y su codicia sin límites. “El elemento fantástico de la película se encuentra en las atmósferas, en la creación de esos lugares: la cámara, su movimiento, sus luces, las opacidades, las nieblas. Hay algo onírico en la película que viene del estilo narrativo y que le permite existir como parábola”.
Esa atmósfera que el propio director menciona existe también por el lugar elegido en el cual sucede esta historia. Del Toro se sitúa en el circuito de ferias y parques de atracciones en los años 30/40 en los Estados Unidos. Este contexto le es favorable para mantener esos monstruos presentes en casi toda su filmografía, pero aquí a través de los decorados: “La historia me recordaba mucho a un cuento de hadas que me gusta que se llama ‘El hombre que vendió su sombra’. Este es un sujeto que vende su sombra a un éxito vacío. Vende su alma. La película tiene elementos narrativos fantásticos. Se baja de un autobús y ve a un hombrecito que va a una feria y lo sigue a través de un bosque. Despierta en la película frecuentemente a realidades nuevas. Despierta y está en un hotel de lujo. Despierta y está en una feria. Despierta y es un vagabundo que lo ha perdido todo. Esa vocación narrativa, es elíptica y onírica”.
Simpático, amable y siempre claro en sus ideas, el también productor y guionista no esquiva la crisis que está transitando la industria cinematográfica en salas por la pandemia del COVID-19. Sobre la exigencia de vender tickets para sobrevivir y la llegada de su nueva película en este contexto, Del Toro es muy enfático en su postura: “Lo que ha sucedido en los últimos dos años está directamente relacionado con la pandemia y la posibilidad de un espectador más joven de atender al cine físicamente sin preocuparse por perder la vida literalmente”. Pensando en el futuro inmediato, hace una pausa y asegura: “Para mí lo importante es seguir haciendo películas”. Y ya está trabajando no en uno sino en dos proyectos.
El primero de los futuros títulos del director mexicano es Pinocho: “La termino dentro de unos cuatro meses”, aseguró a Infobae. Hace unos pocos días se confirmó que diciembre será el mes del estreno para la primera película bajo su dirección exclusivamente de Netflix. Todavía no hay indicios de si tendrá o no estreno en cines, pero sobre el debate salas vs. streaming también dejó un concepto claro: “Lo importante es la escala. La escala más cinematográfica de una película la da la ambición de las imágenes, la ambición de la temática, el tamaño de la ambición de la película, no el tamaño de la pantalla. Sin embargo, la experiencia colectiva es muy gratificante”.
Del segundo título solo dejó pistas: “Ya tengo la que sigue. Ya estoy escribiendo y ya sé cuál es. Regreso a los monstruos un poco y la vengo planeando desde hace décadas. Es un proyecto que he acariciado mucho tiempo desde la infancia y en eso estoy”. Lo cierto es que requiere muchos años adaptar la obra de H.P. Lovecraft, At the Mountains of Madness. Existen dos versiones de guion y él mismo confirmó que fue uno de los proyectos que presentó a Netflix cuando cerraron el nuevo acuerdo.
Las historietas son una parte importante dentro de la vida de Del Toro y ya adaptó dos grandes personajes: Blade y Hellboy. Sobre su regreso a las adaptaciones de personajes nacidos en las viñetas, Guillermo no dio certezas, pero se sinceró sobre el regreso de un gran director: “No lo sé, no tengo ni idea de cuando volveré a una adaptación de ese estilo, pero lo que sí te puedo decir es que para mí los Spider-Man de Sam Raimi son modélicos. Me parece que el matrimonio entre el material y el director fue absolutamente perfecto”.
Este jueves 27 de enero llega El callejón de las almas perdidas, la nueva película de Guillermo del Toro, a todos los cines de América Latina.
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