ACNUR lamenta el agravamiento de las condiciones de los refugiados en Etiopía
Adís Abeba, 21 ene (EFE).- Las condiciones en las que viven los refugiados eritreos en Tigré, región del norte de Etiopía golpeada por la guerra, empeoraron significativamente debido a la inseguridad y los obstáculos de acceso para los trabajadores humanitarios, lamentó hoy la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR).
«Tras tres semanas sin poder acceder (a los asentamientos de refugiados) por la inseguridad, el personal de ACNUR (…) ha encontrado a los refugiados asustados y desviviéndose para obtener comida, sin medicamentos y poco o nada de agua potable», describió este viernes el portavoz de ACNUR, Boris Cheshirkov.
La ausencia de medicamentos y de centros de salud en los asentamientos de refugiados hizo que más de 20 personas muriesen durante las últimas seis semanas por enfermedades que eran sencillas de curar, según dijeron los refugiados a los trabajadores de ACNUR.
Las clínicas de estos campamentos de refugiados han permanecido cerradas desde enero, cuando se quedaron sin medicamentos.
Asimismo, debido la ausencia de combustible en la zona, los refugiados no han podido bombear ni transportar agua limpia hasta sus asentamientos, obligándoles a depender de los arroyos.
Dado que los alimentos están a punto de acabarse en los campamentos, algunos refugiados han tenido que vender su ropa u otros objetivos a cambio de comida, informó Cheshirkov.
El portavoz de ACNUR pidió otra vez a todas las partes de la guerra de Etiopía un alto al fuego y garantizar a los trabajadores humanitarios seguridad para reubicar voluntariamente a más de 25.000 refugiados en otro asentamiento de la vecina región de Amhara.
«Si los alimentos, medicinas, combustible y otros suministros no pueden llegar de inmediato, y si seguimos sin poder reubicar a los refugiados (…), más refugiados morirán», lamentó Cheshirkov.
El pasado 5 de enero, al menos tres refugiados eritreos -incluidos dos niños- murieron en un ataque aéreo en un asentamiento de refugiados de Tigré, informó ACNUR.
Además, según la Oficina de la ONU para los Derechos Humanos, más de un centenar de civiles murieron en Tigré desde el inicio de este año en presuntos ataques de la Fuerza Aérea del Ejército federal de Etiopía, ataques que podrían constituir crímenes de guerra.
La guerra de Etiopía estalló el 4 de noviembre de 2020, cuando el Gobierno federal ordenó una ofensiva contra el Frente Popular de Liberación de Tigré (FPLT) -partido político que gobernaba la región- en represalia por un ataque contra una base militar federal y tras una escalada de tensiones políticas.
Si bien el FPLT avanzó sus posiciones hacia el sur a partir de octubre de 2021 y amagó con la posibilidad de marchar sobre Adís Abeba, el Ejército federal consiguió a finales del año pasado numerosas victorias militares y los rebeldes anunciaron su retirada a Tigré.
Según la ONU, unos 5,2 millones de personas necesitan ayuda humanitaria en Tigré y las regiones vecinas de Amhara y Afar debido a la guerra.
Asimismo, miles de personas han muerto y unos dos millones de personas han tenido que abandonar sus hogares debido a la violencia. EFE
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