Camiones-auditorio, más calle y test: la covid muta la campaña en Portugal

Paula Fernández
Lisboa, 20 ene (EFE).- Test para entrar a un mitin, actos en la calle, redes sociales más activas y hasta un camión preparado para improvisar un auditorio al aire libre son algunas de las estrategias de los partidos para adaptar la campaña electoral a la ola de contagios récord que vive Portugal.
El país lleva a las espaldas varias elecciones en pandemia y no olvida las presidenciales de enero de 2021, durante la ola más mortífera y en pleno confinamiento, cuando los candidatos redujeron sus programas al mínimo.
Esta vez la Dirección General de Salud (DGS) no ha definido reglas específicas para la campaña previa a las elecciones del 30 de enero pero, todavía en tiempos de coronavirus, los políticos toman precauciones.
ADIÓS CENAS, HOLA TEST
El Partido Socialista liderado por António Costa dijo adiós a las cenas y almuerzos y a las tradicionales «arruadas», los paseos en las calles con los candidatos que suelen mover multitudes.
La más simbólica del PS se celebra tradicionalmente el último día de campaña en el céntrico barrio de Chiado, en Lisboa, donde esta vez se está valorando si habrá alguna, en función de la evolución de la pandemia.
Los socialistas también tienen reglas estrictas en sus mítines a puerta cerrada: para entrar en necesario tener la tercera dosis de la vacuna o, en su defecto, hacerse un test en el acceso que proporciona el propio partido.
UN CAMIÓN-AUDITORIO, LO MÁS CREATIVO
El líder de la oposición, el PSD (centroderecha), ha apostado por la creatividad y ha alquilado un camión que permite improvisar un auditorio al aire libre para evitar grandes aglomeraciones y sitios cerrados.
El camión, explican a Efe desde el partido, se abre, tiene capacidad para alrededor de 60 sillas y espacio para organizar charlas y debates.
El PSD mantiene las «arruadas», como la que protagonizaron su líder, Rui Rio, y el alcalde de Lisboa, Carlos Moedas, en la capital, siempre con mascarilla, en la que se pudo ver que, aunque se intente, es difícil mantener distancias entre tanto militante.
De lo que sí prescindirá el partido es de los almuerzos y cenas.
Tampoco se juntarán alrededor de una mesa ni el Bloco de Esquerda ni el Partido Comunista Portugués (PCP), que dan prioridad a los actos al aire libre, y al líder del izquierdista Livre, Rui Tavares, se le ha visto incluso con doble mascarilla paseando por un mercado.
ALGUNOS NO RENUNCIAN A TODO
Otros partidos no han querido renunciar a las cenas, como es el caso de los democristianos (CDS), de Iniciativa Liberal y del ultraderechista Chega, que tienen varias en agenda durante toda la campaña.
El líder de Chega, André Ventura, que se contagió con covid-19 en agosto y no se había vacunado, no renuncia a los abrazos a los militantes y se pasea sin mascarilla.
Ventura aprovechó que el domingo, cuando se estrenó la campaña, era su cumpleaños para soplar las velas y compartir la tarta con sus simpatizantes.
INTERNET Y LOS MEDIOS, ALIADOS
Ante las limitaciones de la campaña, algunos han reforzado el papel de las redes sociales y otros medios digitales, como el animalista PAN, que organiza sesiones «online» para las islas y los distritos a los que no acudirá presencialmente.
La ministra lusa de Trabajo, Ana Mendes Godinho, ya señaló esta semana en una entrevista con EFE que la movilización en campaña ha sido diferente en tiempos de covid y que internet está teniendo un papel mucho más importante que antes.
Es una campaña «mucho más digital, comunicación a través de los grupos de internet, televisión, radio…», explicó.
«Acaba habiendo una campaña muy centrada en los medios de comunicación y los pocos contactos con la población son más controlados y limitados», apunta por su parte Paula Espírito Santo, profesora del Centro de Administración y Políticas Públicas de la Universidad de Lisboa.
La politóloga considera que esta campaña «no es comparable con otras circunstancias de antes de la pandemia» y que la situación puede tener efectos sobre la exposición pública de los candidatos.
Portugal está en plena quinta ola con los contagios en máximos de toda la pandemia, con picos de más de 52.000 infecciones diarias y proyecciones que cifran en 400.000 el número de personas confinadas en la jornada electoral. EFE
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