Denuncian que se impide ayudar a los pobres en la estación de Termini en Roma

Roma, 4 feb (EFE).- Voluntarios que dan de comer a las personas sin techo que se refugian durante la noche en la estación central de trenes de Termini, en Roma, tienen problemas para ejercer su labor, pues tanto guardias de seguridad como fuerzas del orden se lo impiden en los últimos días, denunció hoy a Efe una organización humanitaria.
La pasada noche, los carabineros impidieron la entrada en la estación a un decena de voluntarios de la Casa Lodovico Pavoni que iban a llevar mantas y comida, como cada jueves, cuando les toca en el turno de ayuda, a los cerca cuatro o cinco sin techo que dormían en la estación, explicó la cofundadora de la asociación Clara Fantini.
Aunque los agentes pidieron los documentos a los voluntarios para identificarlos y les prohibieron pasar a la estación, Fantini aseguró que continuarán con su «compromiso con los más necesitados» y que «nadie les va a parar en ayudar y en seguir con sus ideales».
El primer episodio se produjo el jueves anterior, cuando según la asociación, un dirigente de la compañía Ferrocarriles del Estado, que gestiona las estaciones, ordenó a sus voluntarios que no distribuyeran la comida y ropa a las personas sin hogar en la calle Marsala, fuera de la estación.
La empresa estatal, por su parte, indicó que solo se les pidió que se trasladaran a otra área, frente a un local de Cáritas, siempre cerca de la calle Marsala, porque la gran cantidad de personas que esperaban la comida no favorecía la salida de viajeros de la estación.
En declaraciones a Ansa, Ferrocarriles del Estado explicó que no quieren impedir que se ayude a los necesitados, que colaboran desde hace años con asociaciones y que «siempre ayudan a los más débiles» pero «que hay normas que hay que respetar» en cuestión de accesibilidad a la estación o limpieza.
Mientras varias personas sin hogar siguen durmiendo en las estación y para algunas asociaciones no ha habido impedimentos en continuar con la ayuda cada noche a estas personas. EFE
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