El Gobierno intenta preservar la agenda mientras continúa la interna para definir al reemplazante de Máximo Kirchner
Horas después de la intempestiva salida de Máximo Kirchner de la presidencia del bloque oficialista en Diputados, los principales funcionarios del Gobierno mantenían hoy sus respectivas agendas aparentemente inalteradas. Pretendían imprimir cierta normalidad a una jornada que, sin embargo, por lo bajo se equiparaba a la peor crisis política del Frente de Todos, desatada por la renuncia, hace cuatro meses, del camporista Eduardo “Wado” de Pedro y otros funcionarios cercanos a Cristina Kirchner por la derrota del oficialismo en las elecciones primarias de 2021.
En la Casa Rosada, cerca del jefe de Gabinete, Juan Manzur, dijeron que mantuvo de manera normal sus actividades prefijadas para hoy. E, incluso, que no se discutió el tema político por excelencia en el encuentro de la mañana con algunos de los funcionarios más cercanos a Alberto Fernández: el canciller Santiago Cafiero; el secretario de Asuntos Estratégicos, Gustavo Béliz; los ministros de Obras Públicas, Gabriel Katopodis; de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, y de Agricultura, Ganadería y Pesca, Julián Domínguez, y el vicejefe de Gabinete, Jorge Neme. Aseguraron que sólo se discutieron, como estaba previsto, aspectos del viaje del Presidente a Rusia, China y Barbados. “Es un tema que le compete al Alberto Fernández y a Massa”, se desligaron.
En la oficina de “Wado” de Pedro regía la misma dinámica de continuidad de las actividades oficiales predeterminadas -recibió en su despacho de Casa Rosada al ministro de Transporte, Alexis Guerrera, y al gobernador de Santiago del Estero, Gerardo Zamora para “abordar temas de interés para las provincias del Norte Grande. Cerca suyo negaban diálogos o reuniones con sus jefes políticos, Máximo y Cristina Kirchner. Y juraban que su continuidad en el cargo no estaba en duda. El fantasma de su salida no concretada, en septiembre de 2021, cuando el kirchnerismo pateó el tablero por la derrota en las PASO, volvió a aparecer hoy en las oficinas del Gobierno, donde se realizaban comparaciones entre el escenario de entonces y el actual.
Mientras tanto, la secretaria de Legal y Técnica, Vilma Ibarra permanecía en Balcarce 50, aunque en comunicación con Alberto Fernández; y Cafiero en el Palacio San Martín, donde ultimaba los preparativos para la gira internacional. Un panorama similar se vivía en las sedes de los ministerios, donde se continuaba con la agenda oficial. En la cartera de Economía, que conduce Martín Guzmán, uno de los alfiles del Presidente más golpeados por la carta de Máximo Kirchner, reinaba el silencio. Sin embargo, los colaboradores del riñón más íntimo del Presidente seguían con atención y expectativa el devenir de la crisis política.
El malestar era indisimulable y la prueba más clara del nerviosismo fueron las cuatro horas de reunión que mantuvieron Alberto Fernández y el presidente de la Cámara baja, Sergio Massa, en la Quinta de Olivos. Desde las 10 hasta aproximadamente las 14.30, los líderes discutieron el impacto de la salida de Máximo Kirchner y, sobre todo, el nombre de su sucesor.
Alberto Fernández arribó a la Casa Rosada junto a Massa pasadas las 15, después de la extensa charla que habían protagonizado, a solas, en la quinta presidencial. El líder del Frente Renovador fue el primer referente de peso en el Frente de Todos en aludir oficialmente al elefante en la sala. En diálogo con periodistas que lo esperaban a la salida de Olivos, desde su auto, habló para reforzar la continuidad de la cada vez más frágil unidad de la coalición gobernante. “La misma carta del todavía presidente del bloque está planteando que hay una unificación más allá de los matices”, dijo, recuperando palabras del propio Máximo Kirchner.
La incógnita más inmediata, en medio de la crisis, giraba en torno a la reacción de la vicepresidenta Cristina Kirchner, que aún no se expidió; y por el referente que se hará cargo del lugar que deja vacante el líder de La Cámpora. Cuando promediaba la tarde, a pesar del disimulo para bajarle el precio a la crisis, sólo se manejaban especulaciones en los despachos más importantes del Gobierno. La pregunta es por la pertenencia política de los candidatos. ¿Será un albertista? ¿Un massista? ¿Un referente de los gremios? ¿De los gobernadores? Massa adelantó que el nombre se conocerá esta misma tarde. Hasta entonces, lo único cierto es que el diputado designado deberá conducir un bloque oficialista prácticamente quebrado a partir del acuerdo con el FMI.
La decisión oscilaba entre tres legisladores: el santafesino Germán Martínez, mano derecha del exministro de Defensa, Agustín Rossi, que salió de su cargo para presentarse en las elecciones entre roces con la Casa Rosada y el kirchnerismo; el sanjuanino José Luis Gioja, expresidente del PJ nacional de buena relación con el arco frentodista; y el porteño Leandro Santoro, muy cercano al Presidente pero con cierta sintonía con La Cámpora.
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