Johnson vuelve a explicarse sobre fiestas prohibidas, debilitado por críticas de su partido

El primer ministro británico, Boris Johnson, dará de nuevo explicaciones este miércoles ante los diputados, fragilizado por la oposición del ala más joven de su partido, que no oculta su decepción por el escándalo de las fiestas del gobierno durante el confinamiento.

Pese a los anuncios, con regusto populista, que se prevén para reconquistar los apoyos perdidos y el probable anuncio de una flexibilización de las restricciones anticovid, el dirigente conservador se encuentra realmente en la cuerda floja.

La prensa británica informó este miércoles de que unos veinte jóvenes diputados conservadores se reunieron el martes para hablar sobre una posible moción de confianza contra Boris Johnson.

Estos políticos piensan que tienen suficientes votos para lograr que deje el cargo, en lo que la prensa ya llama el «complot del pastel de cerdo», haciendo referencia al «pork pie», una especialidad de la zona de uno de estos diputados.

«El ambiente se está avinagrando», según el Guardian. «Los diputados rebeldes conspiran para derrocar a Boris Johnson», titula el Telegraph, un diario habitualmente favorable al gobierno.

Johnson, de 57 años y en el poder desde 2019, está en el ojo del huracán tras las revelaciones de las fiestas organizadas en Downing Street cuando el Reino Unido vivía un estricto confinamiento.

Sus excusas ante el Parlamento, donde reconoció haber estado presente en una de las fiestas en mayo de 2020 afirmando que pensaba que era una reunión de trabajo, no calmaron los ánimos y el primer ministro se prepara para otra jornada difícil.

Según la prensa británica, Boris Johnson prevé una serie de medidas populistas para intentar mantenerse a flote. Por ejemplo, su gobierno ha dicho que recurrirá al ejército para bloquear las llegadas de migrantes desde el Canal de la Mancha y podría suprimir una tasa audiovisual que financia la BBC, dos temas sensibles para su electorado.

También se espera que el primer ministro anuncie una flexibilización de las restricciones sanitarias tras haberse superado el pico de la ola de contagios por la variante ómicron del coronavirus.

– «Ha llegado la hora» –

Para lograr que Johnson deje la presidencia del partido conservador y en consecuencia salga también de Downing Street, se necesita al menos que 54 diputados conservadores envíen un correo al llamado «comité 1922» pidiendo una moción de confianza.

Por ahora, siete diputados admitieron que ya lo habían hecho. Según la prensa serían unos 30, pero la prensa británica se pregunta si lograrán llegar hasta los 54.

«Pienso que sí, pero es difícil decirlo», dijo a la BBC uno de los diputados. Otro afirmó al Telegraph que «ha llegado la hora» del primer ministro.

Pero el Financial Times estima que hay mucha indecisión y que algunos diputados quieren esperar a las conclusiones de Sue Gray, una funcionaria que debe entregar un informe que determine si se incumplieron las normas en vigor.

Gray va a interrogar por ejemplo al exconsejero de Johnson, Dominic Cummings, convertido en su enemigo político, que lo acusa de mentir.

Además de las fiestas durante el confinamiento, el primer ministro también se ve salpicado por acusaciones de favoritismo y además tiene que hacer frente a una grave crisis del poder adquisitivo de los ciudadanos. La inflación del Reino Unido llegó en diciembre a niveles desconocidos en los últimos 30 años.

El primer ministro asegura que entiende la indignación de los británicos y el martes volvió a pedir disculpas en una entrevista en la que apareció visiblemente apenado.

Pero cuando se le pregunta sobre una posible dimisión, Johnson evade la pregunta y menciona la necesidad de esperar las conclusiones de la investigación interna en curso.

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