La sequía de títulos del Barça se alarga
El equipo azulgrana no encadena una racha tan larga sin ganar una competición desde hace más de una década.
El Barça empezaba la temporada sin muchas expectativas, consciente que quizá este año el equipo no esté a la altura para luchar por grandes títulos. Con este contexto, la Supercopa de España se presentaba como una oportunidad única para los azulgrana de sumar un entorchado para las vitrinas del club, pero los pupilos de Ronald Koeman cayeron contra el Athletic tras firmar un partido decepcionante.
La entidad barcelonista vivió la enésima decepción en Sevilla, lugar de infausto recuerdo para el club, y pronto se cumplirán dos años sin una alegría en la primera plantilla de fútbol. El 28 de abril del 2019 el Barça ganaba su octava Liga en once años, todo un récord que parecía hablar del gran momento del equipo, de su solidez deportiva. Nada más lejos de la realidad. Aquel triunfo ante el Levante en el Camp Nou fue la última muestra de resistencia de una fachada que se colapsó días después. El triplete llegó a estar a dos victorias, pero Anfield destapó todas las vergüenzas del equipo y a la postre del club. Lo que parecía un trámite para pasar a la final de la Champions se convirtió en una pesadilla en Liverpool.
La eliminación europea, un año después de la debacle en Roma, deprimió a un equipo que acabó perdiendo la final de la Copa del Rey ante el Valencia en el Benito Villamarín, también en Sevilla. Ese triste final de campaña, pese a cantar el alirón, continuó el curso pasado, cuando el descenso a los infiernos se aceleró más. Un equipo acomodado, con demasiados jugadores veteranos y poca savia nueva para revitalizar el vestuario, deambuló por las competiciones toda la temporada. La llegada de Quique Setién en enero al banquillo en detrimento de Ernesto Valverde acentuó, aún más si cabe, el final de un ciclo. La pandemia, la mala gestión de la directiva de Josep Maria Bartomeu y sobre todo la humillante derrota ante el Bayern en la Champions por 2-8 supuso un cóctel que destrozó cualquier cimiento sano del club.
Con todo el terreno por abonar, este año ya ha sido tildado de transitorio en varias ocasiones, por lo que la parroquia barcelonista está prácticamente resignada a encadenar un segundo año en blanco. Una situación que no se vivía en la primera plantilla de fútbol desde la temporada 2008-09, cuando el Barça de Pep Guardiola rompió de manera espectacular la sequía con el primer triplete de la historia de la entidad.