Marcos-Ricardo Barnatán: «Hay una autocensura de lo políticamente correcto»

Pablo Ayerbe Caselles
Santander (España), 19 ene (EFE).- De la censura del régimen franquista a la «autocensura de lo políticamente correcto», el espíritu indomable de los ‘beatnik’ se mantiene vivo medio siglo después con la reedición de la «Antología de la beat generation», de la mano del escritor Marcos-Ricardo Barnatán (Buenos Aires, 1946).
El inconformismo de Allen Ginsberg, Jack Kerouac, Gregory Corso, Philip Lamantia y Lawrence Ferlinghetti protagonizan esta antología, que Barnatán explicó, en una entrevista con Efe, que tuvo su germen en las prácticas de traducción que hizo Barnatán en Londres, hace más de cincuenta años y cuyos poemas «sorprendentemente» para el autor, «siguen teniendo vigencia».
«En su momento tuvo una gran repercusión», recordó Barnatán, quien explicó que en esos años, los poetas de la generación ‘beat’ no eran muy conocidos en España, en parte por su polémico estilo para la época, lo que llevó a la censura franquista a retirar algunos de los poemas traducidos por su contenido.
Barnatán reconoció que no se acuerda de lo que se eliminó en su día, porque señaló, la censura «era una cosa muy arbitraria» y en ocasiones se apartaban textos enteros por solo una palabra, «generalmente de tipo sexual».
De este tipo de censura, que Barnatán explicó, usó múltiples herramientas, como el doblaje en el cine, la sociedad ha pasado en la actualidad a lo que el poeta define como una «autocensura de lo políticamente correcto».
Esta autocensura nace, en su opinión, de una «descontextualización de la historia», a la que se le aplican «conceptos de hoy», unido a una «normalización de todo lo que estaba prohibido».
INCORRECCIÓN ABSOLUTA
«Los beats eran absolutamente incorrectos en todo», afirmó Barnatán, quien recordó que «de alguna manera», esta generación se convirtió en «representante de colectivos mundiales» que representaban ideas que están hoy en día «ampliamente aceptadas».
Esa reacción de los beats contra el puritanismo, el sistema económico, la religión, las costumbres o la represión de la sexualidad les costó un rechazo social y para muchos, el aislamiento en manicomios por hablar de esos elementos aceptados» hoy.
«En 1965 en España la homosexualidad estaba perseguida con cárcel y la sociedad lo veía bastante mal», recordó Barnatán, quien señaló a los beats como uno de los grupos abanderados de entre otras, los movimientos de liberación sexual y de los derechos homosexuales.
«Aunque el mundo ha cambiado, pero siguen siendo actuales», afirmó el poeta, quien señaló que años después, «hoy los jóvenes hablan con una naturalidad sorprendente de conceptos como la transexualidad».
«Cuando yo era joven eso no existía, había otros problemas sexuales», añadió Barnatán, quien ve en los poetas de los ‘beats’ «pulsiones humanas permanentes».
UNA NARRATIVA AMAESTRADA
Barnatán echa en falta esa rebeldía en la producción literaria actual, que considera, «está amaestrada» y no ve una corriente artística equivalente a los beats en los nuevos referentes narrativos o poéticos.
«Hay raperos, que se les encarcela por decir cosas que el sistema no tolera: los rechaza y castiga, pero en creación literaria no hay», afirmó.
El poeta reivindicó «la poesía de siempre» como «la que transmite» frente a la lírica cantada. «Hoy las canciones son tan fabricadas, comerciales», lamentó Barnatán, quien apuntó a que a pesar de que puedan gustar, porque «están hechas para eso», de ahí «a que sean poesía hay un largo camino».
Y aunque celebra que el sistema tecnológico ayude «mucho a la accesibilidad y a la difusión de la poesía» y lo define como «un arma extraordinaria», apuesta por la «esencia» de la lírica, independientemente de las herramientas que se usen.
A pesar de esta mejora de la difusión, Barnatán afirmó que «en este momento es cada vez más difícil encontrar grandes poetas», aunque matizó, que no cree «que sea imposible».
MUJERES BEATNIKS
Barnatán reivindicó también el legado de las poetas de la generación beat, quienes a pesar de no estar en su antología, destacan al nivel de los reconocidos Ginsberg o Kerouac, en especial Diane di Prima.
«Si hoy yo hiciera una antología hubiera incluido a mujeres, no lo hice porque no las conocía y en ese momento no las veía importantes, pero ahora sí», afirmó el poeta.
Reconoció que con los años ha descubierto poetas de esa generación que considera a la altura de sus compañeros hombres, aunque en su momento, según recordó, estaban invisibilizadas.
«En ese momento no tenían mucha relevancia, pero luego he leído quince o veinte mujeres de la generación», explica, aunque añadió que «muchas de ellas» fueron encerradas en el manicomio por «sus propias familias». EFE
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