Noruega pondrá «exigencias tangibles» a los talibanes en su reunión en Oslo

El gobierno noruego aseguró que quiere poner «exigencias tangibles» a los talibanes durante una reunión este martes en Oslo, en la última jornada de la controvertida primera visita a Europa de los islamistas desde su regreso al poder en Afganistán.

Una delegación encabezada por el ministro afgano de Asuntos Exteriores, Amir Khan Muttaqi, está desde el sábado en Noruega para discutir la urgencia humanitaria de su país, afectado por sequías y la congelación de la ayuda internacional y con más de media población amenazada de hambruna.

Tras reunirse con miembros de la sociedad civil afgana el domingo y diplomáticos occidentales el lunes, los talibanes concluyen su visita con encuentros con un responsable político noruego y oenegés del país escandinavo.

«No es el comienzo de un proceso abierto e infinito en el tiempo», declaró el secretario de Estado Henrik Thune, que se reunirá con los representantes talibanes a las 10H30 (09H30 GMT).

«Vamos a avanzar exigencias tangibles de las que podremos asegurar un seguimiento y ver si las cumplen», indicó el lunes a la agencia noruega NTB.

Además de poder suministrar la ayuda humanitaria directamente a la población, las exigencias versarán principalmente sobre derechos humanos, en particular de mujeres y minorías, como el acceso a la educación y a la sanidad, el derecho a trabajar o la libertad de movimiento, según NTB.

La reunión también abordará el caso de dos feministas desaparecidas la semana pasada en Kabul tras una manifestación. Los talibanes niegan cualquier implicación.

Derrotados en 2001 y regresados al poder en agosto, los islamistas contemplan esta visita a Noruega como un paso hacia el reconocimiento internacional y el desbloqueo de la ayuda financiera.

«El hecho de haber venido a Noruega (…) es un éxito en sí mismo porque hemos compartido la escena internacional», celebró Muttaqi el lunes tras reuniones con representantes de Estados Unidos, Francia, Reino Unido, Alemania, Italia, la Unión Europea y Noruega.

El país escandinavo asegura que estas discusiones no suponen «ni una legitimación ni un reconocimiento» del gobierno talibán. Aun así, su decisión de acoger una delegación ha sido criticada por expertos y miembros de la diáspora afgana.

Por ahora, ningún país ha reconocido el gobierno islamista de Kabul.

Con el 55% de la población amenazada de hambruna, según la ONU, la comunidad internacional espera a ver las decisiones de los nuevos dirigentes antes de un eventual desbloqueo de la ayuda.

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