Parlamento japonés inquieto por DDHH en China en vísperas de Juegos de Invierno
El parlamento japonés aprobó este martes una resolución en la que expresa su inquietud por la situación de los derechos humanos en la región china de Xinjiang (noroeste) y en Hong Kong (sureste), a solamente tres días de la inauguración de los Juegos Olímpicos de Invierno en Pekín.
Este texto podría provocar la cólera de Pekín, a pesar de que se evita cualquier crítica directa a China y no menciona expresamente violaciones a los derechos humanos, tras haber sido ampliamente debatido entre los diputados de la mayoría y la oposición.
Los largos debates desembocaron, de acuerdo con los medios de comunicación nipones, en una moderación del lenguaje usado respecto a China, en momentos en que Japón intenta mantener un delicado equilibrio diplomático entre el poderoso vecino asiático y su aliado estadounidense, ambos socios importantes en los mercados de Tokio.
La resolución, propuesta por una agrupación de dos partidos y votada este martes en la cámara baja de la Dieta (parlamento), manifiesta su «inquietud por la cuestión de los derechos humanos», en particular en la región de Xinjiang donde la mayor parte de su población la integran uigures musulmanes.
Asimismo, menciona a Tíbet, Mongolia interior y Hong Kong, destacando la preocupación de la comunidad internacional ante los ataques contra la libertad religiosa y el gran numero de arrestos en China.
El texto además insta al gobierno japonés a que participe de manera constructiva en la cuestión de los derechos humanos en China.
De acuerdo a organizaciones defensoras de los derechos humanos, al menos un millón de uigures y miembros de otras minorías turcoparlantes, sobre todo musulmanas, se encuentran encarcelados en campos de Xinjiang.
China es acusada de practicar allí esterilizaciones a las mujeres e imponer trabajos forzados.
Recientemente, Francia aprobó una resolución en la que denuncia el «genocidio» de los uigures por parte de China, como también lo hicieran Holanda, el Reino Unido o Canadá.
Pekín, que refuta estas acusaciones, calificó la posición de estas naciones de «grave injerencia en los asuntos internos chinos».
China muestra a estos campos como «centros de formación profesional», cuyo objetivo es mantener a las personas que allí se encuentran alejadas del extremismo religioso.
Actualmente estarían cerrados, dado que todos los «estudiantes» habrían «completado su formación».
China es además criticada por su control sobre la libertad de expresión en Tíbet, territorio conquistado en 1951 y donde tuvieron lugar revueltas en 2008.
Respecto a Hong Kong, el dominio más directo ejercido actualmente por China ha dado lugar a una represión drástica de los disidentes, tras registrarse manifestaciones masivas de la población de la excolonia británica.
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