Periodista abandona Rusia tras amenazas del líder chechén, Ramzán Kadírov
Moscú, 4 feb (EFE).- La rusa Yelena Miláshina, la periodista más laureada de «Nóvaya Gazeta», ha decidido abandonar Rusia tras recibir amenazas del líder chechén, Ramzán Kadírov.
«Insisten en ello mi director y mis fuentes entre los altos funcionarios. Dicen que ahora el grado de amenaza a mi vida es alto. Por eso, les hago caso, aunque no me apetezca nada», aseguró al canal de televisión «Dozhd».
Miláshina, comparada por sus denuncias de los abusos en Chechenia con la asesinada Anna Politkóvskaya, recordó que no es la primera vez que recibe amenazas de Chechenia, lo que ha sido denunciado por activistas rusos y Amnistía Internacional.
La reportera señaló que seguirá trabajando desde el extranjero, sin precisar el país en el que se exiliará de manera provisional.
Recientemente, Kadírov tachó de «terrorista» a Miláshina y llamó a las fuerzas de seguridad a proceder a su inmediata detención.
Además, en un mensaje en las redes sociales recordó que las autoridades chechenas «siempre liquidan a los terroristas y a sus cómplices».
Esas amenazas llevaron a varios medios y periodistas rusos a dirigirse al presidente ruso, Vladímir Putin, quien recibió el jueves a Kadírov en el Kremlin.
«Nóvaya Gazeta» se ha dirigido al Comité de Instrucción para que incoe un caso penal contra el líder chechén por incitar al odio y amenazar con el uso de la violencia.
Además, el diputado chechén y estrecho aliado de Kadírov, Adam Delimjánov, llamó a «cortar las cabezas» de los familiares del antiguo juez del Tribunal Supremo de la república, Saidi Yangulbáyev, declaraciones condenadas en la Duma.
«Deberías saber que te perseguiremos día y noche sin importarnos nuestras vidas y pertenencias hasta que cortemos vuestras cabezas, hasta que os matemos a todos», dijo, en alusión también al hijo de la detenida, el activista Abubakar Yangulbáyev.
La esposa de dicho letrado fue detenida en la ciudad de Nizhni Nóvgorod por las fuerzas de seguridad chechenas y trasladada a Grozni para su interrogatorio, operación que muchos activistas calificaron de «secuestro».
Kadírov es acusado de convertir Chechenia en una especie de califato donde no rigen las mismas leyes que en el resto del país y donde ha instaurado un estado policial donde son moneda común las torturas y secuestros.
Los reportajes de Miláshina sobre la persecución, violación y el asesinato de los homosexuales en la república y lejos de ella por parte de los servicios de seguridad chechenes recibieron un gran eco en la prensa y televisión de todo el mundo.
Kadírov es acusado por las organizaciones de derechos humanos de estar detrás de los asesinatos del líder opositor ruso Boris Nemtsov (2015), la activista Natalia Estemírova (2009) y también de Politkóvskaya (2006).
El director de «Nóvaya Gazeta», Dmitri Murátov, quien recibió en diciembre el premio Nobel de la Paz, denunció la persecución de la libertad de prensa en la Rusia de Putin. EFE
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